Volvimos a grabar luego de coordinar la disponibilidad de
varios integrantes del equipo. Por un lado, no vino mal para todos una pausa de
descanso y recuperar fuerzas para las jornadas tan largas que nos esperaban.
Por el otro, la espera jugaba en contra con el deseo de seguir grabando escenas
importantes de la historia, con actores de la talla de Claudia Schujman y
Miguel Bosco.
Además extrañaba estar juntos todos de nuevo. Ese placer de
los rodajes donde a la par de que se trabaja, se comparte anécdotas, bromas,
sobrevuelan las ironías y las chanzas que a todos nos gustan. El equipo de
rodaje es como una familia selecta, uno elige con quién está, y la mía es
pequeña, pero sólida y unida.
Como a mí me gusta.
La verdad es que estoy muy contento, por estar con gente
amiga. Talentosa y (acentúo esto último), buenas personas.
Sostienen, aguantan el cansancio, la incertidumbre, sin otro
motivo que el de hacer una película. A ellos, actores y técnicos, les agradezco
estar en “Bronce”. Pero quiero aclarar que no estoy sorprendido, en el equipo
elegido no me equivoqué.
Última etapa del rodaje en Granadero Baigorria, en lo de
Guado García, para terminar de grabar en su casa.
La salida hacia la locación comenzó con ciertas
complicaciones, uno de los tres autos de los que disponíamos se descompuso, así
que no tuvimos otra alternativa que acomodarnos en dos con todas las cosas que
teníamos que llevar.
Cuando llegamos, Guado con su típica sonrisa me habla del
partido entre Rosario Central y River Plate.
Varios del equipo somos canallas...
Guado quería ver el partido que se transmitía por televisión
en la mitad de la jornada de rodaje. ¿Cómo negarme a un pedido del dueño de
casa? Tendría que ser un necio...Y sumo a esto la lucha con mi propio deseo de
ver el partido. Más cuando estamos por ascender de categoría, donde corresponde
que estemos: en 1º división. Pero estamos líderes y a sólo tres fechas del
final.
Es comprensible tal expectativa, de la que pude sustraerme
medianamente.
Enseguida nos pusimos a trabajar sobre el planteo de luces y
cámara para las escenas que íbamos a hacer con Claudia sola. Miguel llegaría al
mediodía de Buenos Aires, donde trabaja en una obra de Alejandro Catalán.
Realizamos unas bellas acciones de Berta, el personaje femenino en su vida cotidiana.
Una luz suave y hermosa se filtraba por las ventanas.
Todo lo planificado para la mañana ya estaba realizado para
la hora del mediodía cuando debía buscarlo a Miguel, al centro de Rosario.
Además de productor y director, (también soy chofer) y fui a buscarlo. Tuve que
pasar por la zona aledaña al estadio de Central donde en dos horas se jugaría
el partido, con su consiguiente congestión de tránsito. Volvimos a Baigorria a
eso de las 13:30 hs. Ante la inminencia del partido decidimos continuar en los
alrededores de la casa de Guado, y dejar para después el interior de la casa.
Mientras hacíamos unos planos de Horacio, el personaje
masculino, dos del equipo se dedicaron a la cocina. Almorzamos tallarines con
salsa. Raúl Cardozo (Foto fija) y Verónica Brunello (Asistente de sonido)
pusieron manos en la parte gastronómica, prepararon la salsa y cocinaron los
fideos. Terminamos esos planos y nos sentamos a almorzar unos excelentes
tallarines.
Al término del partido con un rabioso 0 a 0, nos abocamos al
interior de la casa nuevamente, con algunas escenas importantes, jugadas de
manera magistral por Claudia Schujman y Miguel Bosco.
Me asombra como los dos entran y salen del personaje. Al dar
un “corten” se desarman, hacen un chiste o alguna morisqueta graciosa, digo
“acción” y vuelven a entrar en personaje. Cambian, mutan, por supuesto que es
parte de su tarea, pero no deja de maravillarme tal actitud, cuando uno puede
contar con buenos actores. Creo que cuando el casting es bueno, a los actores
sólo hay que dejarlos trabajar, y el trabajo de dirección se reduce a contener
y cuidar dicho trabajo.
Grabamos una escena fuerte del guión, dentro del clímax de
la historia. Y se alinearon los planetas... Excelentes actuaciones, hermosa
fotografía, buen encuadre y buen sonido.
¿Qué más pedir? Cuando todo entra en la misma sintonía y
todos esos elementos convergen, se obtiene “ese plano” deseado.
A veces dirigir una película es explicar todo el tiempo y a
cada rubro porque un plano sirve y otro no, tarea que tiene su propio peso
específico, y es parte del trabajo. Hay históricamente una sutil línea entre
técnicos y actores que un director debe mediar, esa es otra función básica en
un rodaje, porque hay ciertas diferencias que son naturales al trabajo. Los
actores pensando en la actuación y los técnicos en la técnica, cada cual
ocupado en hacer lo mejor de su trabajo. Hay que saber encontrar ese punto
justo donde la confluencia de la labor de cada uno da en el blanco.
Grabamos parte del final de la película. Realizarlo me
remitió a como si estuviese viéndola terminada. La melancolía que sentí en los
dos personajes es parte del clima general que deseo para “Bronce”
Después de muchos años sin filmar, quise volver a hacerlo
profundizando la relación con el actor. Y me he ocupado, previamente al rodaje,
(incluso en el proceso de escritura del guión), en leer y entender un poco más
sobre la actuación. Observarlos trabajar a Claudia y Miguel, conversar con
ellos sobre su trabajo, me han llevado a afirmarme en algunas cuestiones.
Entender al actor como un sujeto al que hay que dirigir sólo
para que cumpla con una “idea previa” del director, escrita o no en un guión,
es un camino que sólo lleva al actor a sentirse encorsetado, sin poder ofrecer
lo mejor que tiene para la cámara, para el director, para la película.
Dejarlos en primera instancia moverse y actuar libremente,
luego acotar, ceñir todo a la cámara, y a su vez pedir a la cámara que los
busque, los encuentre en esos momentos imperdibles que ofrece una buena
actuación.
Son los actores los que se exponen, los demás estamos
escondidos detrás de la cámara. Por eso creo que hay que contenerlos,
respetarlos, saber escucharlos y a veces también, dejarlos solos.
Cada actor es diferente, tiene su propia forma de trabajo y
en eso mismo está su propia riqueza.
Está en mí, como director, descubrir cuál es el tesoro que
tiene cada actor para ofrecerme.
Y sobre todo dejarse llevar por la magia que despliega un
buen actor. Y si le creemos, si nos emociona a nosotros en el rodaje, que
sabemos de antemano la historia de la película. Si esto sucede, es bueno el resultado
que tenemos entre manos.
Después de siete años, (de la última vez que filmé),
comprendí o encontré una forma de trabajo con los actores que voy a seguir
aplicando en próximas producciones. Y seguiré investigando más sobre la
actuación.
Sólo espero que esta vez no pase demasiado tiempo…
Ya nos acercamos al final, exhaustos, pero con la alegría de
poder realizar un largometraje a pulmón y en pocas jornadas.
En mi caso, también con la pena de saber que ya no
compartiré estos momentos mágicos e intensos que contiene un rodaje.
Por "BRONCE"... aumento mi apuesta.
Claudio Perrin
Fotos: Raúl Cardozo
Me hacés lagrimear...
ResponderEliminarMe emociona también, a la ves me da una sana envidia, porque vos y todos lograron este proyecto. Ruego a Dios tener fuerzas para estar en el próximo Largometraje. Felicitaciones!!!
ResponderEliminar!!Felictaciones Claudio y a todo el equipo!!
ResponderEliminarEs muy emocionante lo que narrás y no me caben dudas que el amor al trabajo de cada uno se verá reflejado con excelencia en el resultado final. El cine tiene esa maravilla, se puede mentir en todo con los efectos especiales de hoy en día pero si no tiene alma, no tiene corazón y sin esto, sólo es una historia más,fácilmente olvidable. ! Que se repita y que vaya todo bien!